Tal como ocurriera años atrás con el nitrógeno y el fósforo, el potasio ya da muestras de deficiencias en los suelos y cultivos de algunas provincias como Entre Ríos y Corrientes, y más temprano que tarde, la situación se extenderá a la Región Pampeana Central.

Según relevamientos realizados por la Asociación Civil Fertilizar junto a la Unidad Integrada Balcarce (INTA y Fac. Cs. Agrarias), entre 2011 y 2018, en el este de la Región Pampeana se detectaron importantes caídas en el contenido de potasio, una base fundamental para el crecimiento y desarrollo de las plantas cuya falta se traduce en significativas pérdidas de producción.

Fertilizar Asociación Civil organizó una recorrida de ensayos por el Litoral.

“Hoy no es una limitación catastrófica pero sabemos que eso va ocurrir y nos estamos preparando para manejarlo lo mejor posible”, advirtió el Dr. Fernando García, especialista en nutrición vegetal.

Si bien los niveles de potasio aún no son deficitarios en la Zona Núcleo, desde la orilla entrerriana del río Paraná hacia el este los cultivos ya exhiben síntomas de deficiencia del nutriente.

Estado de situación
Toda modificación del equilibrio original de un sistema mediante la introducción de nuevas especies e intensificación de la producción genera cambios en el circuito de los nutrientes. El potasio era muy abundante en los suelos argentinos pero “lo hemos ido utilizando y ahora es un problema bastante sentido en la Mesopotamia y la costa este del Paraná y va a ir llegando a otras zonas también, así como ocurrió en el cinturón maicero norteamericano y a Uruguay”, dijo García.

En la Región Pampeana, históricamente los niveles estaban en 800 a 1000 ppm (partes por millón) pero actualmente, en la zona mesopotámica hay muchos suelos con niveles inferiores a 200 ppm y la mayoría menores a 400ppm. Los límites críticos por debajo de los cuales se recomienda fertilizar están en 150 a 180 ppm.

Fernando García, especialista en nutrición vegetal.

Fertilizar está estudiando la disponibilidad y respuesta al nutriente en diferentes cultivos y junto a Uralkali Trading SIA y Nitron Group, organizó una recorrida de la red de ensayos de potasio que lleva adelante en colaboración con la EEA INTA de Concepción del Uruguay, la ‎Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Entre Ríos y la EEA INTA de Mercedes.

En la zona de Gualeguaychú,se observaron claras deficiencias de potasio y respuesta a la fertilización en maíz y soja. Allí los suelos presentan valores de potasio muy por debajo de 150 ppm, un valor crítico. Por caso, hay lotes con apenas 62 ppm.

Síntomas
Los cultivos deficitarios en potasio presentan bordes secos con una tonalidad amarillo parduzca en sus hojas más viejas. “Los síntomas aparecen desde los bordes hacia el centro y desde abajo hacia arriba, no es un color amarillento como en el caso de déficit de nitrógeno sino de amarillo seco”, señaló el Ing. Agr. Martín Díaz Zorita, coordinador del Comité Técnico de Fertilizar.

En regiones con limitaciones en la oferta de potasio, los cultivos se estresan con mayor rapidez. “En un día de calor vamos a ver el acartuchamiento de las hojas o la falta de turgencia antes, lo que en términos fisiológicos significa que el ciclo del cultivo es más corto porque son muchas horas que cierra los estomas y deja de hacer intercambio gaseoso y formar rendimiento”, analizó el especialista.

En general, las deficiencias nutricionales se manifiestan como manchones a nivel de lote pero no se debe confundir con problemas de herbicidas que se dan en sectores bien nítidos aunque manifiesten síntomas similares.

Leer los manchones
En el caso del potasio el análisis de suelo puede llegar tarde porque los muestreos se hacen previo a la siembra cuando no se tiene la ayuda visual de los síntomas en el cultivo. “El muestreo está dirigido al promedio, con valores muy dispersos y grandes desvíos que hacen que nos den errores muy grandes. Tenemos que enfocarnos en los manchoneos que nos indican la heterogeneidad que tiene la distribución del nutriente en el suelo”, destacó Díaz Zorita.

“A veces en el suelo no están tan bajo el nivel de potasio pero sí se ve la deficiencia en la planta, por eso es fundamental hacer análisis de suelo y planta de las zonas manchoneadas y de las zonas buenas, ya que recién ahí se descubre el déficit”, contó García.

“Los productores y técnicos que están en regiones donde se prevén potenciales limitaciones de potasio, tendrían que acostumbrarse a incorporar en los diagnósticos visuales que uno de los factores causales puede llegar a ser el déficit de potasio y hacer análisis foliar comparado de sectores sanos y sectores afectados, así como ver con qué frecuencia se presenta ese manchoneo dentro del lote para ver la expectativa de respuesta”, sugirió Díaz Zorita.

Cómo y cuándo reponer
El cloruro de potasio (KCl) es el fertilizante más utilizado a nivel mundial. En los sitios donde se ha observado respuesta productiva a la fertilización con potasio, la dosis recomendada es de 100 a 120 k/ha de KCl.

“Es un nutriente que hay que manejarlo cultivo por cultivo, hay que ser muy cuidadosos porque es una sal y en esas dosis, la fertilización localizada en la siembra interfiere negativamente en la implantación. Por eso, la aplicación debería ser preferentemente al voleo muy cerca del inicio de la siembra o inmediatamente después de la emergencia”, recomendó Díaz Zorita.

En Uruguay se han encontrado respuestas de 30 % al 50% en maíz en suelos con niveles de potasio menores a 100 ppm. “Hemos visto cultivos con deficiencia de potasio de 400 o 500 kilos, y fertilizados que llegaron a 6.000 kilos”, indicó García.

Los niveles de potasio han descendido notoriamente y su déficit se expandirá por las regiones productivas del país, indefectiblemente. Es momento de aprender y poner manos a la obra para no llegar tarde, reponer la fertilidad de los suelos y evitar importantes pérdidas de producción.

Interacciones
“Es importante que el potasio se incorpore una vez que hacemos bien las cosas con los nutrientes que ya conocemos que son deficientes, como nitrógeno y fósforo. Cuando uno encara un nutriente nuevo tiene que estar seguro que los demás nutrientes que son deficientes están bien cubiertos, tiene que haber una nutrición balanceada de la planta”, remarcó Fernando García.

Calcio, magnesio y potasio son tres bases que compiten por el ingreso a la planta, por eso, es fundamental que estén en relación armónica. Si el contenido de calcio en suelo es mucho mayor que el de potasio, por caso, aunque el nivel de este no sea deficitario, la planta no podrá absorberlo. Por esa razón, cuando se hacen análisis de suelo de potasio es necesario que también se estudie el nivel de calcio, magnesio y capacidad de intercambio catiónico para conocer la relación y tener un diagnóstico preciso.

Datos del Censo Agropecuario a nivel nacional
En el Censo Nacional Agropecuario 2018, se relevó la superficie tratada con fertilizantes. Se debe considerar que cada tratamiento puede ser realizado en varias pasadas sobre una misma superficie; en consecuencia, la superficie total tratada con fertilizantes podría dar como resultado una superficie total mayor a la implantada por cultivo o especie.

Dentro del grupo de cereales la superficie total tratada con fertilizantes químicos fue de 8.520.043,6 ha para el total país, mientras que en las provincias de la región pampeana central se observó una superficie fertilizada de 3.404.199,8 ha en Buenos Aires, 2.198.910,5 ha en Córdoba y 1.307.793,4 en Santa Fe. Las provincias de la región mesopotámica muestran una superficie tratada de 57.771,5 ha en Corrientes y 640.706,3 ha en Entre Ríos.

En el grupo de oleaginosas se observa una superficie tratada con fertilizantes químicos de 7.714.561,5 ha para el total del país, las provincias de la región pampeana núcleo presentan una superficie tratada de 3.203.060,2 ha en Buenos Aires, 1.352.801,0 ha en Córdoba y 1.692.930,7 ha en Santa Fe. A su vez, las provincias mesopotámicas tienen una superficie fertilizada de 3.645,0 ha en Corrientes y 848.750,0 ha en Entre Ríos.

Fuente: Clarin Rural